Friday, September 30, 2016

Como era costumbre

Vivir en un estado de alerta por temor a ser rechazado, había sido una constante a lo largo de la vida de David.
Acostumbrado a medias a no poder tolerar las críticas, los fracasos, la indiferencia y su propia burla, buscaba señales en el entorno que le predijeran alguna posible situación de rechazo.

Y eso incrementaba su batería de recursos agradables, generosos y divertidos.


De chico era el payaso del curso, distraído en la clase solo podía estar atento a lo que le daba pie para un chiste o una frase sarcástica. Suficientemente rápido y creativo para generar una carcajada crujiente.
Temía tanto estar solo como amaba sentirse amado.



Tanto desarrolló sus radares que vivía con los músculos del cuellos petrificados y dolientes, y un masajista en su agenda.
En nada se parecía sin embargo ese dolor al de su alma.

Su alma era una montaña de escombros, que alternaba con columnas de encofrado listas para volver a dar vida a otra nueva estructura.
Estaba demasiado cansado de tener que disimular su vida, que sentía que carecía de una.







Lejos de quien alguna vez había soñado ser, vivía sintiéndose  un comodín dentro del mazo.
Era un experto en complacer necesidades ajenas.
Genio en traducir señales, gestos, intuía lo que el resto deseaba, y salía corriendo a ejecutar sueños de terceros.


Solo deseaba ser elegido, querido, invitado, festejado, incluido, como el resto.
Tanto que no sabía lo que deseaba, ni adonde se dirigía.
Sentía que su presencia era tan poco valiosa como el comodín que és según a quien representa.
Y no se animaba a esperar inactivo.
Estaba seguro que carecía de aquellas cosas que le harían deseable o atractivo como para despertar interés por si mismo.

Anhelaba tanto ser rescatista y bombero o había adquirido esa adicción para compensar sus constantes cambios, y la pérdida de rumbo?

Buscaba tanto agradar que era dueño de una enorme colección de parejas narcisistas.

Era el responsable de alimentar sus egos, y de abastecer cada capricho, y después de mirar como partían. En medio de esas historias pasaba desapercibido, y si osaba reclamar algo, pasaba a ser él el que estaba en falta.
Salía de la completud de un sueño, para pasar a la desolación de la pérdida.
Quien se perdía era él mismo.
Y así estaba esa tarde.
Teñido de desesperanza, y vergüenza, ocultando su enojo, su miedo y su reciclada angustia.
Adormecido por el trabajo la vida se hacía menos vacía, pero ya no poseía fuerzas para ir al estudio.
Repetía los ciclos ni bien sentía que lograba levantar paredes.


¿Se haría visible su vulnerabilidad complaciente, que sólo atraía almas hambrientas en la orfandad y el egoísmo?

                                                           
David se había vuelto a quebrar en un instante de Apocalipsis.
Devastado por la mezcla de incertidumbre e incongruencia, se quedó mirando el horizonte desde su ventana.
No tenía fuerzas suficientes para tirarse, pero la vivencia del derrumbe en su alma se sentía como si su cuerpo yaciera en el asfalto.
Ya no tenía ni aliento, ya no quería intentar nada heroico.
Perdida su mirada por la ventana, lo despertó el sonido de un mensaje nuevo.


Mirando desesperadamente el texto, salió huyendo a cambiarse.
Después de todo, tal vez no era tan  tarde, y estaba decidido a no dormir solo.
Así volvió a desaparecer en el horizonte cada vez mas borroso.

Con la garantía de soledad y derrumbe que eligió volver a ignorar como era costumbre.


 Norma Echavarria

Thursday, September 22, 2016

¿Flores en el ombligo ?



Llega la primavera al hemisferio sur, y mezclado con el cambio climático que muestra un sol algo indeciso aún, avanza un cambio de temporada.
Mas tiempo la luz del día, nos invita a levantarnos mas temprano, nutrirnos del sol y de la brisa amable, y nos acompaña una muda mas ligera de ropas.

Un short de baño, o un bikini, ambos dejarán la panza en libertad plena, y al que se dedicó a comer en exceso le mostrarán que se les perdió su ombligo.

¿Será peligroso circular en primavera sin licencia de control de nuestros impulsos?

Tal vez se torne amenazador para los que postergaron el cuidar su peso, y de repente sientan la desesperación de la mano de la imagen que les devuelve el espejo.

Mucho mas allá de las modas, el tema de una dieta sana y equilibrada queda en la lista de pendientes, para los que todo lo dejan para mas tarde.
Y la desesperación es amiga de la desesperanza.
Y enloquecidos por al menos calzarse algún atuendo estival, van corriendo en búsqueda de mágicas dietas.
La de la luna, la de las cavernas, la del agua, la del queso, la de Quan, la disociada...ahhhhhhhhh
Es acaso tan difícil reconocer que el problema es vivir en desorden?

Haz una lista para saber que en tu casa aquello que quieres comer esté disponible. Por eso después de hacer la lista, deberás salir a buscar tus alimentos.
Piensa en términos de largo plazo, por ejemplo ahora que despertaste pensando en estar en forma, hazlo para toda la vida, no solo en forma temporaria..
Alimentarse y comer son cosas diferentes.
¿Sabes acaso que comidas te gustan? ¿Sabes como preparar una riquísima dieta con poca o ninguna harina?
Sí, eso sí da trabajo.
Es como incorporar hábitos nuevos, llevará tiempo, después de reconocer que cosas son las que te gustan, y cómo harás para conseguir tenerlas cuando sea el momento.

Porque si piensan enamorarse de alguien, esta primavera, mi sugerencia es empezar por Uds. mismos.
No habrá mejores flores en la panza que las que dibujen sus propias formas.

Todas las panzas tienen ombligo, tal vez tu misión será volver a encontrarse, y cuando lo hagas llenarlo de flores!!!

Buena primavera ¡¡¡