Friday, November 30, 2018

Amar es elegir consciente




Me pregunto muchas veces cuales son los ingredientes esenciales
para saber si nuestro amor por el otro es eso: Amor.
Una palabra tan corta que contiene tanto.


Amor hacia nuestros padres, hijos, hermanos, seres que no elegimos
ni nos eligen.
Amor hacia nuestros hijos, quienes aparecen y se despliegan
con su identidad y personalidades marcándonos su diferencia.
Amor hacia aquel ser que elegimos para que nos acompañe en nuestro camino:
amigos o amantes, socios, parejas.


¿Qué es para tí lo primario para recorrer amarse sin desencuentros?
¿Qué es para mí?
Les cuento:
Amar es elegirse, y de allí en más el desafío de hacerlo a cada momento.


Y elegir es tomar riesgo.


Elegir es aceptar perder, porque entre varias opciones cuando tomamos una
debemos abandonar al resto.
Elegir nos expone y nos define, frente a lo cual los testigos de nuestras vidas,
podrán juzgarnos como quienes creen que somos.
La intimidad necesaria en el amar, implica dejar que nos vean sin máscara,
mostrarnos con todas nuestras miserias y nuestro mejor perfil simultáneamente.


Elegir implica aceptar que lo elegido no es perfecto, pero es lo que queremos.
Elegir, implica la posibilidad de equivocarnos, y equivocarnos nos muestra nuestras
fallas, nos saca las caretas con la que aprendimos a relacionarnos.
Elegir es comprometerse, es dar parte de nuestro tiempo, ceder y compartir intereses.
Es recordar, tener en nuestra mente al otro, y eso nos resta tiempo
y espacio en nuestra agenda.





Amar no admite egoísmos, ni estrategias.
Amar es dar y darse plenamente, muchas veces es hacerlo desde el anonimato,
desde el silencio. Es ser testigo de la vida de ese otro, y estar presente
sin que nos lo pidan, es intuir, es leer mas allá de lo que queda escrito.



Amar es soltar el deseo de controlarlo todo, amar no es poseer, sino vivir el amor
a puertas abiertas.
Amar no admite manipulaciones, sobornos, premios o castigos, si convive con ello no es amor sincero.
Amar entonces admite que quien amemos no pueda quedarse, porque no nos ama
o no se animó a jugarse entero. Amar el desafío de saber que quien
amamos puede alejarse, no elegirnos, puede irse.


Elegir genera incomodidades, pues esas mismas elecciones condicionarán
nuestro accionar a partir de ello.


Elegir, parece ser un verbo que enarbola libertad, y verdaderamente nos la limita.
Saber que quien amamos generará en nuestra vida limitaciones, demandas,
incomodidades y no solo de momentos de pasión, risas o ensueño.
Amar es un verbo muy difícil para conjugar en todos sus tiempos,
pero hacerlo en tiempo presente, generará un futuro para compartirlo.
Elegir, no es sin embargo estático, porque elegir es estar vivo,
y la vida es continuo cambio.


Sin elegir amar es un reflejo, es pasión, es excitación transitoria,
es solo un hoy, una circunstancia, hasta puede ser considerado
una tarea.

Con el amor solo no basta, dijo Aaron Beck, cuán sabia reflexión la suya.

Amar implica un esfuerzo, nos va a dar trabajo y no nos va a salir tan fácil,
exige muchas horas de vuelo.


Sin elegir amar es para mi imposible.


Elijo vivir en el amor, en todo lo que hago.





Porque para mí vivir es sentir que siempre estamos a tiempo de elegir
y vivir es correr el riesgo.



Norma Echavarría
Noviembre 30 de 2018




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