
Una cena,
un vestido negro, un tímido festejo y una luna de miel condicionada a tiempos
familiares y pocos recursos económicos.
Muchos
errores por la sana inmadurez de los novios que no pusieron condiciones
para proteger su tiempo.
La elección del color de mi vestido a los 23 años marca claramente el horrible vínculo con mi madre entonces, y mi rebeldía plasmada en primer plano.

Nutrida
de una juventud sin mas osadía que el deseo de vivir
juntos, en el seno de dos
familias tradicionales, era mejor garantizarse vernos
casados que imaginarnos cada uno por su lado, despues de 8 años de noviazgo.
Una
pareja en la cual realmente crecimos juntos, una pareja en donde era difícil esconder quien íbamos siendo, convivir en la
juventud te hace imposible no ser transparente.

Sin embargo ese matrimonio fundado en compañerismo, amistad y cariño se terminó cuando la historia de los niños, la casa, el perro y los autos, se comieron al amor que quedo olvidado vaya a saber entre medio cuantas obligaciones y rutinas.
Muchas
quejas y reclamos. Mucho vértigo y demasiada calma simultáneamente.
Dos soledades juntas, crecimiento patrimonial
y pasión dispersa.
Separados
como pareja, aunque inseparables en el rol de padres.

Entonces vinieron a mi mente las fotos de mi segunda
experiencia de pareja.
Porque no
solo divorciarse por primera vez fue difícil, sino que convivir sin
libreta no estaba en mis planes, menos aún esperando una hija.
Aunque
mis características fueran no
convencionales, si lo eran las raices de mis valores y mi concepto de familia.

Fotos que muestran dos mundos diferentes
intentando unirse en matrimonio.
Luna de
miel de mar tibio y transparente y regreso para inicio de clases.
Familia
ensamblada y el desafío de convivir dos historias en
una misma casa,
Aunque pudimos
si, armar un álbum que me dejaría recordar esos momento, nunca pude volver a verlo.
Es parte
de la historia parte de quienes seguimos siendo a pesar de haber terminado diez
años mas tarde y parte imprescindible para ser recorrido por
quienes nacieron del amor tan celebrado entonces.
Mis
hermosos hoy dos adolescentes hijos.
Pero a
los 38 años como teníamos ambos entonces, me di cuenta que dos
personas no comparten su historia ni tan espontánea ni tan transparentemente.
Nunca
realmente sentí que llegué a conocer quien verdaderamente era aquel hombre que decidió acercarse extraño y
misterioso simultáneamente.
Si
seguramente bienvenido organizador de un portaviones al mando de una capitana
impredecible y cambiante.
Alivio que luego cobró caro el peaje.
Alivio que luego cobró caro el peaje.
A pesar
del reencuentro, a pesar de la convivencia y el compromiso sellado con Juez y
todo, seguimos siendo aún hoy dos desconocidos.
Demasiado aprisa, demasiado entusiasmo, demasiada necesidad de un hombre con presencia física a mi lado, con muy poco tiempo para vislumbrar que éramos incompatibles.
Demasiado aprisa, demasiado entusiasmo, demasiada necesidad de un hombre con presencia física a mi lado, con muy poco tiempo para vislumbrar que éramos incompatibles.
Y la última pareja que
tuve, también quedó
como historia.
Creíamos haber encontrado todo lo que jamás supieramos tan deseado, el compañerismo, la amistad, la pasión, el desafío de un par de seres con una inteligencia seductora y la pasión por largas charlas, que nos hacía protagonistas de largas tertulias y mágicos encuentros.
También combinamos novedad, adrenalina y muchos sueños individuales y pasiones.
También combinamos novedad, adrenalina y muchos sueños individuales y pasiones.
Sumamos a nuestros hijos.
Armamos un proyecto.
Armamos un proyecto.
Ciertamente la acción propuso también el peor de los incordios, un pequeño detalle de singular peso, viviamos en hemisferios
opuestos del mundo.
Nada mas excitante que vivir del amor de esos reencuentros, nada tan costoso y disruptivo para nuestros trabajos y nuestras familias.
Nada mas excitante que vivir del amor de esos reencuentros, nada tan costoso y disruptivo para nuestros trabajos y nuestras familias.
Sin manejo de mi idioma, vivía subtitulando todos sus viajes.
Amigos que no manejaban inglés quedaron fuera del intercambio, y el deseo de estar juntos se fagocitaba la vida cotidiana. Vivíamos aislándonos egoístamente para tomar todo lo que la vida podía ofrecernos.
Trabajos diferentes, sin chances de poder emigrar a corto plazo, las consecuencias emocionales en nuestras familias, y la distancia nos fueron separando mientras la realidad empezaba a traernos en carretillas colmadas las consecuencias adversas no tenidas inicialmente en cuenta.
Cuántos hubieran frenado la película el primer día, en que la propuesta sincera de amarse se plantea acompañada por 9000 km de distancia?
Amigos que no manejaban inglés quedaron fuera del intercambio, y el deseo de estar juntos se fagocitaba la vida cotidiana. Vivíamos aislándonos egoístamente para tomar todo lo que la vida podía ofrecernos.
Trabajos diferentes, sin chances de poder emigrar a corto plazo, las consecuencias emocionales en nuestras familias, y la distancia nos fueron separando mientras la realidad empezaba a traernos en carretillas colmadas las consecuencias adversas no tenidas inicialmente en cuenta.
Cuántos hubieran frenado la película el primer día, en que la propuesta sincera de amarse se plantea acompañada por 9000 km de distancia?
Cuantos
adultos concientes, serios y maduros se comprometerian a verse cada tres
semanas con lo que implican solamente los traslados?

Porque seguíamos amándonos intensamente.
La
distancia se encargará aún del resto, porque separarse
es demasiado fuerte para el final del amor casi por decreto forzoso.
Mi reflexión es a partir de
mi historia, que es bastante buen ejemplo de vida. De una vida de un adulto con
TDAH.
Quienes
somos y quienes mostramos rara vez coinciden, las historias del pasado se tiñen beneficiosamente, y así somos héroes y heroínas o sencillamente
damnificados.
En todas
las relaciones humanas.
El mayor
acercamiento a la verdad aparece en cómo cada uno de los dos
encara oportunamente la separación en cada historia. O cuando se presentan conflictos de
intereses.
Seres con
valores diferentes, quedaron en evidencia rápidamente, seres de valores
parejos danzaron juntos diferentes tiempos.
Y en
medio los hijos, que pudieron crecer protegidos en el amor o rehenes de un
litigio.
Cuantas
oportunidades existen para que alguno se atribuya errores y malas decisiones?